Nuestra Declaración de Fe


La Biblia: Es nuestra guía infalible en nuestra manera de vivir, conducta y doctrina. (2 Timoteo 3:16; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:21)

Trinidad de Dios: El Dios eterno que se ha revelado en UN solo Dios pero manifestado en tres personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que se diferencian pero son de igual naturaleza e indivisibles (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 5:7)

El Señor Jesucristo: El unigénito Hijo de Dios por el Espíritu Santo, nacido de María siendo virgen, completamente Dios y completamente hombre. Vino al mundo murió, fue sepultado y al tercer día resucito (Isaías 9:6; Lucas1:26; Juan 1:18; Corintios15:1-4; Hechos 1:3)

El hombre: Es un ser creado hecho a la imagen y semejanza de Dios, pero por medio de su falta y caída de Adán el pecado vino al mundo. “Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Romanos 3:10 y 23). Pero Jesús mismo murió en la cruz del calvario derramo su sangre para redimirnos del poder del pecado y para restaurar nuestra relación con Dios (Romanos 5:11-18; 1 Juan 3:8)

La Salvación: Es el regalo de Dios y es recibido al confesar nuestros pecados y al creer de corazón en la perfecta y suficiente obra de Cristo en la cruz (Efesios 2:8-9). Jesús nos enseñó que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3). La biblia nos revela que la salvación, como una obra terminada en el corazón del hombre pecador, es producto de el efecto triple y simultáneos que el Espíritu de Dios efectúa en el corazón del hombre. Esta obra triple es la JUSTIFICACIÓN, la REGENERACIÓN y la SANTIFICACIÓN. No hay salvación bíblica si uno de estos tres aspectos falta. No podemos ser salvos si no somos justificados, no podemos ser salvos si no somos regenerados y no podemos ser salvos si no somos santificados.

La biblia enseña que sin santidad es imposible agradar a Dios. Nosotros creemos en la doctrina de la santificación como una obra de gracia definitiva, y a la vez progresiva (Hebreos 1, 2:14; 2 Pedro 3:18 ;1 Corintios 1:30; 2 Corintios 3:18)

La Sanidad: Es para las enfermedades físicas del cuerpo humano y se lleva acabo por el Poder de Dios a través de la oración en fe y la imposición de manos. Es dada por la obra expiatoria de Cristo y es el privilegio al que todos podemos tener acceso (Marcos 16:18; Santiago 5:14-25; 1 Pedro 2:24; Mateo 8:17; Isaías 53:4,5)

El Bautismo en agua es por inmersión: Es un mandato de nuestro Señor y es para creyentes solamente. La ordenanza es un símbolo de la identidad de los cristianos con Cristo en su muerte, entierro y resurrección. (Mateo 28:19; Romanos 6:4; Colosenses 2:12; Mateo 3:16; Hechos 8:34-39)

Las manifestaciones del Espíritu Santo: Reconocemos como que es un don de Dios como prometido por el Señor Jesucristo para todos los creyentes en este tiempo y es recibido subsiguiente al nacer de nuevo. Esta experiencia puede ser evidente a través del poder hablar en otras lenguas según como el Espíritu Santo lo conceda, para tu edificación personal para la alabanza de Dios o con interpretación si es para edificación de la iglesia. Todo debe hacerse decentemente y con orden, pero la misma biblia nos enseña que la mayor evidencia de este bautismo es el Amor, como primer don. Por eso desechamos todo espíritu religioso.

Dios reparte los dones como El quiere, por lo tanto le damos libertad entre nosotros al Espíritu Santo, sin menos preciar ninguno, pues son todos para beneficio y edificación mutua pero como dice la misma escritura “sino tengo amor nada soy”. (1 Corintios 13; Mateo 3:11; Juan 14:16-17; Hechos 1:8; Hechos 2:38,39; Hechos 19)

La segunda venida de Cristo: Los ángeles les dijeron a los discípulos de Jesús, “este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:1) su segunda venida es inminente. Cuando el venga los muertos en Cristo se levantaran primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire (1 Tesalonicenses 4:16-17). Siguiente a la tribulación, El regresara a la tierra como Rey de reyes y Señor de Señores, y junto sus santos que serán reyes y sacerdotes reinara por mil años (Apocalipsis 20:6)

El Juicio Final: Quien muera físicamente a sus pecados sin aceptar a Cristo estará eternamente perdido y sin esperanzas en el Lago de fuego, y por lo tanto, no tiene ninguna otra oportunidad de escuchar el Evangelio del arrepentimiento (Hebreos 9:27; Apocalipsis 19:20)